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Censura en la red

 ¿Internet libre?

La censura en la red sobre los medios sociales

Internet es un medio de comunicación entre las personas en el que se ostenta el derecho a mantenerse informado. Sin embargo, esta actitud llega a ser utópica si se considera la cruda realidad que se vive en algunas partes del mundo. En este artículo se presenta una selección de casos contemporáneos que están relacionados con las restricciones que ejercen algunos países en el uso de estas tecnologías, específicamente de los medios sociales.

Las cuentas de HispanTV afiliadas a la red de YouTube fueron bloqueadas desde el jueves sin mayores detalles.

Las cuentas de HispanTV afiliadas a la red de YouTube

Una nueva arremetida de las llamadas redes sociales (que no son otra cosa que redes corporativas) se lleva a cabo contra los canales internacionales iraníes HispanTV y Press TV. Esta vez, a cargo de la plataforma digital Google y de su sitio web de videos YouTube.

Ambos canales divulgan noticias y puntos de vista demasiado incómodas, para los Estados Unidos y sus aliados, sobre América Latina, Medio Oriente, Asia, y, en particular, acerca de los propios Estados Unidos y su reprochable papel en el mundo.

Un hecho inconveniente e intolerable para el imperio en crisis y para sus aliados regionales, donde la información juega un papel clave como mecanismo de seducción, desvío de la atención, manipulación política, refuerzo de tejemanejes económicos, especulación financiera y, en general, de acciones de dominio y control.

ÉRASE UNA VEZ LA ESPERANZA

El progreso de las nuevas y variadas tecnologías de la comunicación y la información despertó en su momento esperanzas como opción de pluralismo mediático. A ello se sumó el surgimiento y propagación dela internet, así como la proliferación de redes y soportes digitales.

En menos tiempo del esperado, sin embargo, la ilusión (que no se come, pero alimenta [García Márquez, 1961]) fue una perspectiva ilusoria, y todo condujo a una situación muchísimo más grave que la de aquellas épocas en las que era tan restringido el acceso a la creación y producción de mensajes contrapuestos y alternativos por parte de los pueblos, las organizaciones sociales o los grupos independientes, dados los costos y los vigorosos monopolios institucionalizados.

Después de la exaltación inaugural y, claro está, luego de lo aprovechado durante los dulces tiempos del desbarajuste generado por las mutaciones vertiginosas, volvimos a la fuente, al redil, sólo que peor que antes.

Y es que, siendo la realidad íntegramente lo contrario, buena parte de la población aún cree que las redes sociales significan democracia comunicacional, emancipación informativa, y demás pavadas relacionadas con la cada vez más difusa libertad de expresión.

No nos engañemos. La tolerancia de estas redes y de los medios hegemónicos puede ser grande para proclamar estupideces o para lo que se quiera que entretenga y distraiga. Eres libre dentro de los ajustados parámetros que te son fijados equivale a que lo seas dentro de los cuatro metros cuadrados de una celda.

Puedes referirte a lo que se te ocurra y se te dispensa para hablar de lo que desees, mientras no se afecte el discurso de fondo del poder ni se atente contra la autoridad real de la élites detrás. Un poder para el cual el debido encauzamiento de las narrativas y los sentidos no es un elemento circunstancial, sino constitutivo

Google bloquea acceso de la cadena internacional HispanTV a su cuenta de Youtube.

LA CENSURA GENERALIZADA

La actual censura contra HispanTV y Press TV no es nueva ni única, ambos canales, junto a otros medios iraníes, han estado en la mira de las plataformas tecnológicas estadounidenses, así como de los prestadores de servicios satelitales de varios países de Europa y las Américas.

Baste recordar, hace apenas unos meses, la detención injustificada de la periodista Marzie Hashemi, de Press TV. La presentadora y analista fue encarcelada sin cargos durante diez días y sometida a toda clase de presiones, en un proceso inventado contra el canal por el sistema judicial estadounidense. Para los grandes medios, por supuesto, el abuso fue un hecho intrascendente y silenciado.

Tampoco es únicamente contra los medios de Irán. Los medios y las comunicaciones de Cuba, desde varias décadas atrás,han estado bajo ataque.La desinformación que impera contra el proceso revolucionario venezolano es mendaz y vehemente.

La cadena RT America, y el portal y radio Sputnik, de Rusia, hace rato que se topan con obstáculos burocráticos y leguleyos, y son objeto de hostigamiento. Al igual que los medios chinos y los de cualquier parte, empezando por los de los mismos Estados Unidos, donde espantan los medios independientes y el periodismo de investigación.

Contra ese periodismo operan las agencias de inteligencia en pleno, los organismos gubernamentales, los entes fiscales, el Departamento de Justicia, y, en general, la estructura dominante.

La persecución desatada contra Julian Assange es un ejemplo: Cargos improcedentes, acusaciones de montaje y carentes de legalidad, que atentan contra la Primera Enmienda y quebrantan el ejercicio del periodismo (Greenwald y Lee, 2019).

No pasa en vano la filtración de setecientos mil registros secretos y de otros documentos que dejan al descubierto la burda diplomacia estadounidense y los trajines perversos del gobierno, las instituciones y las agencias.

Un vengativo exdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo, investido por Trump como Secretario de Estado de los Estados Unidos; la obstinación institucional y unas inquinas personales que ponen en marcha toda una serie de mecanismos de presión internacionales; el presidente de un país, Ecuador, al que le es extraña esa índole del ser humano llamada dignidad: Los componentes de un pésimo precedente para la prensa seria y de intimidación para el periodismo de denuncia

La firma estadounidense Google vuelve a bloquear la cuenta de Youtube de HispanTV.

UNA SOLA DIRECCIÓN

HispanTV y Press TV suscitan la incomodidad en un sector de la dirigencia occidental por su procedencia, Irán, sin ninguna duda, pero, sobre todo, se trata del carácter de la información difundida.

Los contenidos que distinguen a los medios dominantes son unidireccionales, aunque estén revestidos con los mantos falaces de la objetividad y la imparcialidad, y a veces se muestren criterios varios, o, incluso, encontrados. Maniobras que sirven para brindarle verosimilitud al absurdo.

Y es así porque los dueños son los holdings de empresas de las que fueron o serán presidentes o gerentes quienes ahora son los más altos funcionarios gubernamentales. Las puertas giratorias del poder.

Y porque son los tremendos contratistas que son los mejores cabilderos; los grandes contribuyentes que no pagan un dólar; los beneficiarios de sus propias quiebras y bancarrotas. Las ventajas de prenderle una vela a Dios y otra al diablo.

La administración de Trump, empezando por él mismo, es un modelo reluciente en tales sentidos, pero tampoco es una excepción. Los sucesivos gobiernos estadounidenses han padecido semejante contagio.

Por eso, las rutas de la información masiva, trátese de grandes avenidas o trochas angostas, de alamedas majestuosas o atajos polvorientos, tienen un solo rumbo: el del negocio. Y por la misma razón no se tolera la difusión en contravía.

Cualquier duda al respecto se aclara con una visita breve al portal de Wikileaks (2019) y con una ojeada a los correos de la señora Clinton, que sus presuntos enemigos ahora vengan con saña. Habrá de ser por el esprit de corps, quién sabe

GUERRAS Y MEDIOS: NEGOCIO REDONDO

Resultanotorio que estos ataques contra HispanTV y Press TV tienen que ver con la guerra desatada por el decadente imperio contra la República Islámica de Irán, azuzada por el gobierno de extrema derecha de Benjamín Netanyahu (Israel) y la monarquía ultraconservadora de la casa de Saúd (Arabia Saudita).

Los dos aliados envenenados y belicistas de los Estados Unidos en el Oriente Medio a los que solivianta la sola presencia de Irán como resistencia y avanzada de contraste, tan fundamental en la región. Tanto Israel, como Arabia, ejercen presión de todas las formas posibles para asfixiar económica y comercialmente a la nación persa, y son proclives a la confrontación militar.

Algunos ideólogos sionistas estiman necesaria la utilización de “la fuerza bruta, agregando una nueva dimensión a la guerra llevada a cabo en contra de Irán. Este es un imperativo inevitable para Jerusalén” (Inbar Efraim, 2019). Una óptica repugnante de la que es partícipe el gobierno sionista de Netanyahu.

En tal contexto de disputas en crecimiento y de ámbitos múltiples, que comprenden los frentes diplomáticos y de bloques, financieros y comerciales, estatales y políticos, y con amagos militaristas, el mediático no es asunto demenorcuantía.

Pero, también, es claro que la ofensiva contra los canales iraníes corresponde a un ámbito de enfrentamiento que se extiende más allá de la coyuntura de embestidas del gobierno de Trump y de su beligerante equipo de asesores, de Bolton al yerno del presidente, Jared Kushner.

Trump ha cuestionado en reiteradas oportunidades el papel del gigante digital Google por su sesgo (Twitter, 2018), pues, según él, el buscador no favorece a los conservadores, a los cuales silencia, ni a su nombre, asociándolo con falsas noticias. Una crítica con advertencia incluida, de paso extensiva a las redes Twitter y Facebook: “Tengan cuidado”, porque se están “aprovechando de mucha gente”.

Hace pocas semanas, a mediados de marzo, el presidente estadounidense volvió a las injurias y acusó a Google de ayudar “a China y a sus militares, pero no a EE.UU.” (Twitter, 2019).

Es que más allá de estos dimes y diretes que circulan en los medios, y de este tire y afloje entre Google y la administración Trump, primero, es claro que ya marchan grandes negocios y que otros enormes están en ciernes.

Segundo, es obvio que hay una guerra comercial desatada entre los Estados Unidos y China, y que en el centro de sus móviles figuran las apropiaciones del conocimiento (de ahí el celo por la propiedad intelectual), los avances de ficción y las implementaciones de la alta tecnología en desarrollo y por venir (conectividad 5G y 6G, inteligencia artificial, simulaciones inéditas), conquista espacial, nuevos horizontes armamentísticos, en fin.

Unos terrenos en los que el gobierno y los militares estadounidenses son conscientes de las dificultades que aguantan, y los desafíos que surgen para que su país se mantenga a flote como la potencia en solitario y sin discusión, el engaño confiado al mundo que los propios autores se estaban tragando

LO IMPERIOSO DEL IMPERIO

El Imperio romano, pese a que los historiadores no se ponen de acuerdo, tardó por lo menos dos o tres siglos en caer, y hay quienes hablan del milenio entero, partiendo de finales del siglo XV.

El Imperio español tardó casi otro tanto en darse por enterado de que hacía dos siglos que había dejado de ser imperio. Y así o parecido aconteció con los poderíos de las épocas pasadas.

Lo que debe asustar tanto a los estadounidenses, además de ver por la ventana cada mañana los indicios inconfundibles de la declinación, es que ahora las cosas no se toman tanto tiempo para acontecer. Hoy en día, hasta los procesos paulatinos van de prisa.

En ese contexto perturbador, las diatribas por Twitter de Trump contra Google son sólo la punta de un iceberg. Los mensajes colados de un maremágnum intenso de impaciencias, capitales huidizos, grupos de presión.

Y un asomo del terror a perder la hegemonía, de la doctrinaria (Destino Manifiesto) a la fiduciaria (el dólar). En posturas enfrentadas, aparentemente, porque a la hora de la verdad no lo son tanto. O quién sabe.

El general Joseph Dunford, presidente del Estado Mayor Conjunto, hizo comentarios similares a los de Trump ante el Congreso, expresando su preocupación porque “socios de la industria” están en China y en desarrollos que representan “un beneficio directo para los militares chinos” (NBC News, 2019).

Durante una audiencia reciente del Comité de Servicios Armados del Senado, el senador republicano Josh Hawley también criticó duramente a Google, llegando a referirse a ella como”una empresa supuestamente americana” (NBC).

Unas críticas, en todos los casos, inauditas, dirigidas contra un conglomerado colaboracionista con los propósitos (despropósitos) de dominio del sistema, como la compleja red de vigilancia mundial, a cargo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), en la que trabajan las agencias de inteligencia de Estados Unidos y sus aliados, cuya existencia y actividades fueron reveladas con detalle en los documentos filtrados por Edward Snowden.

¿Será que los trinos de Trump contra Google no se diferencian de la media y señalan todo lo contrario de lo que dicen, como los efectuados contra Jeff Bezos y Amazon, premiados con contratos multimillonarios, o los de alabanza hacia Assange durante la campaña, recompensados con el acoso brutal y la lavada de manos en la presidencia (VOA, 2019)

DE GOOGLE Y OTROS DEMONIOS

La presión interna hizo que Google, al parecer, concluyera su participación en el proyecto Maven, cuyo contrato venció en marzo pasado. Más de 3100 trabajadores firmaron una carta de protesta “por la participación de la empresa en un programa del Pentágono que utiliza inteligencia artificial para interpretar imágenes de video y que podría ser utilizado para mejorar los objetivos de ataques con drones (The New York Times, 2018).

La carta, puede uno deducirlo, indica que un número importante de empleados se preocupa por el tipo de decisiones aventuradas de Google LLC (y de Alphabet Inc., de la que es subsidiaria); con más veras cuando en la misiva se evoca el lema gremial de la empresa: Dont Be Evil (no seas malvado). Una consigna mordaz para una corporación todopoderosa del ámbito tecnológico, cada vez menos diferenciado del plano armamentístico.

De otra parte, puede que Google no suministre inteligencia artificial para el Pentágono a través del Proyecto Maven, “pero la compañía avanza en otras iniciativas que podrían apoyar las operaciones militares” (C4ISRNET, 2019). E involucran de lleno la IA.

Así lo han manifestado Steve Walker, el director de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de los Estados Unidos(DARPA), y Vint Cerf, Vicepresidente de Google y uno de los “padres” de Internet, en una entrevista para un medio afín a C4ISRNET (2019).

Una mención breve de los negocios sobre la mesa de la alianza estrecha entre los generales del Pentágono y los soldaditos de plomo de Silicon Valley, puesto que los negociados de verdad, grandes proporciones y desmesurados alcances, se transan bajo la mesa y son clasificados.

De igual modo que ahora no sólo se censuran a HispanTV y Press TV, no será apenas Google la que emprenda las agresiones. Continuarán las realizadas y vendrán nuevas de Facebook (y sus WhatsApp, Facebook Messenger e Instagram); de Amazon, Twitter, Microsoft (y su Skype), Apple y un largo etcétera.

De manera continuada, sostenida, o en interrupciones reiteradas, que implicarán inseguridad y molestias. Para entorpecer la presencia y la solidez creciente de su palabra, todas las estrategias con válidas

Las megaplataformas, haciéndolo, tienen mucho que ganar, y las pequeñas compañías (las startups), en el poco tiempo que les quede de subsistencia autónoma, mucho que perder.

Amazon y Microsoft, por ejemplo, puntean en la pelea por el contrato a diez años y por diez billones de dólares del proyecto JEDI (Infraestructura de Defensa Empresarial Conjunta, por sus siglas en inglés), “destinado a servir como repositorio de datos primarios (del Departamento de Defensa) para los servicios militares en todo el mundo” (Fortune, 2019).

Porque todas las grandes compañías tecnológicas tienen negocios en marcha y en proyección con las diferentes fuerzas militares estadounidenses, en las áreas existentes y con la gallina de los huevos de oro espacial, adonde apuntan contratos multimillonarios y billonarios.

Porque todas estas redes tienen los hilos de su propiedad entrecruzados, no ya entre ellas, sino con la gran banca y los servicios financieros globales, las calificadoras de riesgo, los mayores proveedores de servicios de Internet y los medios de comunicación dominantes. Y los poseedores, sin cara ni señas particulares, corresponden a dos o tres fondos y gestores de inversión (digamos, The Vanguard Group, BlackRock o Blackstone).

QUIEREN Y PUEDEN. Y LO REQUIEREN.

Podría creerse que se trata de que Google atiende los trinos de Trump y censura con diligencia las voces oriundas del país hacia el que la administración estadounidense ha enfilado las baterías de ataque.

Algo que nunca se reconocería y que puede ser, por qué no, pues, como hemos visto, someramente, hablamos de capitales considerables para un gigante tecnológico al que sólo se puede mantener vivo inyectándole usuarios y contratos, es decir, materia prima y fondos.

No son sostenibles las razones que Google da (o, mejor, que no da) para justificar de manera vaga la medida contra los medios iraníes. Según la plataforma, las cadenas internacionales violan sus normas. ¿Cuáles normas?

No especifican ninguna porque es elemental que no se trata de normas internas ni del cumplimiento de leyes nacionales. Al contrario, es un atentado contra los derechos constitucionales y legales, y contra la jurisprudencia internacional.

Lo hacen porque quieren y pueden, y, ante todo, lo hacen porque les conviene a las fuerzas e intereses revueltos de los que son arte y parte.

Google ha recibido fuertes críticas por su participación en el proyecto Dragonfly (Libélula) con China. Lo irónico del asunto es que el gran terror sobre los desarrollos de Google junto a las empresas chinas se basa en las amenazas a la expresión y al control que ejercería el gobierno chino sobre su población.

Como si no fuera esa la actitud que llevan hasta la exacerbación las grandes corporaciones digitales occidentales y sus gobiernos, empezando por el de los Estados Unidos. A iniciativa comercial particular de las empresas mismas, o, más desdeñable y es la generalidad, en confabulación con autoridades y organismos de inteligencia. Indudablemente, a conveniencia de las dos partes.

Ninguna hipocresía, desde luego, es desinteresada. Máxime, cuando lo que se computa no son las ganancias del mes ni del año. Lo subyacente de la trama es la definición del futuro y las supremacías en los campos que importan. Y que a toda la humanidad, bien que sea renuente por desconocimiento, bien que sea indiferente por desidia, le concierne. Nos concierne, para ser exactos

MIEDOS Y LIBERTADES

Cada vez es más probable (y de seguro deseable) que en el mediano futuro sea una realidad la predicción del ex CEO de Google, Eric Schmitdt, hecha a finales del año anterior, en cuanto a que internet se dividirá en dos en una década, “con una internet dirigida por China y otra dirigida por Estados Unidos” (Business Insider, 2018).

Las rivalidades desatadas entre ambas potencias pueden ser favorables para esta bifurcación de la red, donde podrían ampliarse los espacios y amortiguarse la preeminencia de las actuales plataformas.

No es sólo eso. La necesidad está creada. A los productores de mensajes, al periodismo sensato y a los creadores reflexivos, de una parte, se les estrechan los caminos frente a poderes que se consideran establecidos y únicos. Y, de otra, los ciudadanos inquietos, y los pobladores comunes y corrientes, empiezan a percatarse de la información llena de trampas que consumen y de las noticias minadas que ocupan el entorno comunicacional. Un escenario del que se derivan decisiones rotundas para las relaciones y la vida.

La misma razón por la que voces reveladoras como las de HispanTV y Press TV intentan ser acalladas y excluidas es la que hace que no puedan serlo y que, por el contrario, se mantengan y sean cada vez más poderosas. Una razón que no es sino la fuerza de la libertad. Fundamental en lo económico, lo político, lo social, lo cultural, y esencial en lo mediático.

El sistema le tiene pánico a la información libre, y ante las inseguridades de su hegemonía edulcora las libertades que nos son permitidas. Entre otras, diría Erich Fromm, la de estar conformes. Ninguna sirve. Son, al fin y al cabo, paredones

GOOGLE-ES-MIERDA

BIBLIOGRAFÍA

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Burman, Max. (2019). Google denies working with the Chinese military after Trump criticism. 17 de marzo. En: https://nbcnews.to/2Jj8jqE

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Donald J. Trump. (2018). Social Media is totally discriminating against Republican/Conservative voices. Speaking loudly and clearly for the Trump Administration, we won’t let that happen. They are closing down the opinions of many people on the RIGHT, while at the same time doing nothing to others[Twitter] 18 de agosto. En: https://bit.ly/2VWqXXd[20 de abril de 2019]

Donald J. Trump. (2018). …results on “Trump News” are from National Left-Wing Media, very dangerous. Google & others are suppressing voices of Conservatives and hiding information and news that is good. They are controlling what we can & cannot see. This is a very serious situation-will be addressed! 28 de agosto. [Twitter] En: https://bit.ly/2VhnIfG

Donald J. Trump. (2019). Google is helping China and their military, but not the U.S. Terrible! The good news is that they helped Crooked Hillary Clinton, and not Trumpand how did that turn out?[Twitter] 16 de marzo. En: https://bit.ly/2UwuGJm[20 de abril de 2019]

Fang, Lee. (2019). GOOGLE HEDGES on PROMISE TO END CONTROVERSIAL INVOLVEMENT IN MILITARY DRONE CONTRACT.The Intercept. 1 de marzo. En: https://theintercept.com/2019/03/01/google-project-maven-contract/

Fox News. (2018). Trump: Google, Twitter, Facebook ‘better be careful’. YouTube. 28 de agosto. En: https://www.youtube.com/watch?v=El-c4LW-Efc[20 de abril de 2019]

García Márquez, Gabriel. (1961). El coronel no tiene quien le escriba. Bogotá: Editorial Oveja Negra (1984).

Greenwald, Glenn y Lee, Micah. (2019). La imputación de Julian Assange por parte del Gobierno de EE. UU. representa una grave amenaza para la libertad de prensa. Rebelión. 18 de abril. En: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=254948

Inbar, Efraim. (2019). La guerra entre Israel e Irán es inevitable. Noticias de Israel. 17 de abril. En: https://israelnoticias.com/editorial/guerra-israel-iran-inevitable/#disqus_thread

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Notificación y remoción: así impondrá USMCA la censura en Internet en nombre del derecho de autor

 


Google es la C.I.A.

Tras el escándalo de Cambridge Analytica todos estamos hablando mucho de privacidad. Pero lo hacemos centrándonos en Facebook, cuando hay otras empresas que también están recopilando todos tus datos personales a diario. Una de ellas es Google, que de hecho tiene el potencial para poder minar muchos más datos personales que la propia Facebook.

Por eso, he estado investigando todos los datos que tiene la empresa del buscador ha ido recopilando sobre mi persona, y me he llevado unas cuantas sorpresas que me llevan a la conclusión de que Google registra muchísimos más datos personales que Facebook. Por poner dos ejemplos, Google sabe desde por qué sitios estás viajando hasta qué aplicaciones utilizas en tu móvil Android y cuándo las ejecutas.

Algunos de estos datos los puedes encontrar fácilmente en algunas páginas de datos. Pero para otros, igual que hice con Facebook, he utilizado la herramienta Google Takeout para descargarme una copia de seguridad de todo lo que tienen sobre mí. Ya es bastante significativo que esta copia ocupe varios gigas.

Una cosa que hay que tener en cuenta es que Google no tiene por qué estar vendiendo o revisando minuciosamente estos datos, aunque tampoco hay manera de asegurarse de que no lo hagan con alguno. Sin embargo, en algunos casos me parece excesivo incluso el simple hecho de que recopilen algunos de ellos. Para que sepas de lo que estoy hablando, aquí tienes una lista del tipo de datos personales que he visto que Google recopila.

Dónde has estado en cada momento

Historial De Ubicaciones

Google tiene una función de cronología en la que registra todos los movimientos que haces cuando tienes habilitado el historial de ubicaciones de Google Maps. Este suele estar activado por defecto en tus dispositivos, lo que quiere decir que si no cambias la configuración deliberadamente seguirá todos tus pasos a través de tu móvil, tableta o cualquier otro dispositivo con el que estés identificado con tu cuenta de Google.

Los datos además se te presentan de una manera de lo más visual. Cuando he entrado en la web, he podido ver un mapa sobre el que había varios puntos con todos los sitios en los que he estado. Hay algunos viajes que no ha ido registrando, posiblemente porque deshabilité esta opción en el pasado, pero con alguna u otra excusa como la de ofrecerte mejor información sobre los sitios en los que estás, Google siempre se las ha apañado para hacer que la vuelva a activar.

Google Sabe Por Donde Caminas

Arriba a la izquierda hay una pantalla en la que te muestra cuánto has caminado cada día, y si vas pinchando sobre los días va apareciéndote información sobre por dónde te has movido. No, esto no quiere decir que simplemente sepa que has salido de tu pueblo para ir a la ciudad de al lado, sino que va registrando cada parada que haces o cada establecimiento por el que pasas.

Todos estos datos Google te los va presentando de forma ordenada y cronológica, mostrándote a qué hora has salido de un sitio, el medio de transporte por el que has ido y qué paradas has hecho. Sorprende la minuciosidad con la que Google lo registra todo, sabiendo por ejemplo que este día que quedé con unas compañeras de trabajo en un mercado de Valencia, paré un minuto antes a sacar dinero en un cajero concreto y luego fuimos a este y otro sitio a tomar algo.

Historial De Ubicaciones Historial con las coordenadas de todas tus ubicaciones

Y más allá de esta herramienta, con en la copia de seguridad de Google también me he encontrado otras sorpresas. Por una parte hay una carpeta con un historial de ubicaciones, en la que puedes ver las coordenadas por las que te has movido en los últimos días y la manera en la que lo has hecho. Es como lo de Google Maps, pero con el código en bruto.

Ejercicios Google Fit Historial con los datos de todos tus entrenos de Google Fit

También guarda las actividades que hayas registrado utilizando Google Fit. Aquí me he encontrado dos carpetas diferentes, una con todos los ejercicios que has hecho utilizando esta app, con horas y coordenadas, y otra con un archivo diario en el que se puede ver todos los movimientos agregados en cada momento. Llevo años sin utilizar esta aplicación, pero ahí está todo lo que hice cuando la probé en 2014.

Qué buscas y dónde entras en Internet

Todo Lo Que Haces Online Todo lo que buscas y haces en Internet

Google también tiene una sección My Activity en la que recoge y almacena todas las búsquedas que haces en Internet. Y lo más preocupante es que en este historial no sólo vas a encontrar lo que has buscado en el buscador de Google.com, sino también las búsquedas que has hecho a través del navegador Chrome o tu móvil Android.

La verdad es que al mirar mi cronología no he podido evitar sentirme un poco incómodo, sobre todo porque todos los datos están perfectamente organizados y van acompañados de enlaces. De esta manera, puedes saber que has buscado determinados términos y volver a pulsar sobre ellos para ver los resultados de búsqueda, pero también puedes saber qué perfiles de Twitter o Facebook has visitado o las páginas a las que has entrado.

Detalle De Lo Que Haces En Algunas Webs Detalles de las secciones que visitas en algunas webs.

Es más, dentro de algunas páginas también te dice en qué secciones has navegado. Por ejemplo, esta mañana he consultado mis feeds en Feedly, y me aparecen todas las secciones que he visitado. Esto se vuelve un poco más preocupante con el tema de los foros, ya que te dice el título de cada hilo que has visitado dentro de un mismo foro, e incluso te ofrece enlaces para volver a él.

Google mantiene los datos aunque borres el historial de tu navegador

La web también registra cuántas veces utilizas cada aplicación móvil, e incluso en algunos casos como Just Eat también he visto los perfiles en los que he entrado dentro de la aplicación. Y lo que es peor, todos estos datos siguen apareciendo aunque borres el historial de Chrome. He probado borrar las páginas a las que he entrado hoy con el navegador, y estas seguían apareciendo en la página de My Activity.

¿Y qué implicaciones tiene esto? Pues no sólo que Google sabe exactamente TODO lo que haces en Internet si utilizas sus productos, sino que cualquiera que se ponga frente a tu ordenador va a poder saberlo, ya que al entrar a My Activity Google no pide que confirme mi identidad. Vamos, que tu compañero de piso o de trabajo puede cotillearte con relativa facilidad.

Todo Lo Que Haces En Youtube TODO lo que haces en YouTube

YouTube pertenece a Google, por lo que todo lo que almacena también, y como ya sabrás también almacena un historial con tus búsquedas de vídeos. También almacena TODOS los comentarios que has ido dejando, o los vídeos concretos que has estado visitando mientras estabas identificado con tu cuenta. También puedes encontrarte la lista completa de suscripciones, las listas de reproducción o copias de todos los vídeos que has subido

En la copia de seguridad de mis datos también he visto que Google conserva datos de varias aplicaciones con la que puede saberlo casi todo sobre lo que hago cada día. Por ejemplo, guarda una copia de mi Google Calendar, de manera que puede saber todos los eventos a los que he asistido o reuniones que he tenido, por lo menos si las he ido añadiendo en esa aplicación.

Todo lo que subes a la nube, incluso lo que borras

Tu Google Drive

Es evidente que si utilizas la nube de Google, la empresa va a conservar todos los archivos que subes a ella. Y así lo he podido comprobar en la copia de seguridad de mis datos, donde en la carpeta Drive he podido ver todas las carpetas y archivos que tengo subidos a Google Drive. Eso sí, no he visto que estén los documentos compartidos conmigo.

Lo que sí había es algunos de los archivos que yo creía haber borrado de Google Drive. Al parecer, Google debe conservar algunos de ellos «por si acaso». Supongo que cubriéndose las espaldas por si quisieras recuperarlos a corto plazo.

Evidentemente, también hay una carpeta con todas mis notas de Google Keep, así como otra con todas y cada una de las fotos que he subido a Google Fotos. En este caso, por suerte parece que por lo menos las fotos que has borrado de la nube no sigue conservándolas.

Fotos Fotos Fotos Tus Fotos de Google Fotos ordenadas cronológicamente, y de bonus track las que mandas por Hangouts.

Además de las fotos que he subido deliberadamente en la nube, también me he encontrado en la copia de seguridad con las fotos que he enviado a través de Hangouts, perfectamente organizadas con carpetas con los nombres de los contactos. Eso sí, lo que no parece que almacenen son las conversaciones en si. O por lo menos no te las descargas.

Además, en la copia de seguridad también se pueden ver todos los correos electrónicos que se han enviado y recibido, incluso esos que hayas borrado ya o que se catalogasen como spam. Esto hay que «agradecérselo» a las interacciones con Gmail.

Todos tus contactos telefónicos

Contactos Telefono Una copia de todos tus contactos telefónicos.

Teniendo en cuenta que hasta Facebook lo hace, no es de extrañar que Google también almacene todos los contactos telefónicos de tu móvil Android. De hecho, el que lo hagan sirve para que cuando estrenes un nuevo móvil estos contactos puedan importarse sólo con identificarte con tu cuenta de Google.

En la copia de seguridad que me he descargado, he encontrado una carpeta Voz en la que se guardan todos tus contactos en un formato vcf que puedes importar fácilmente a cualquier gestor de correos. Además, también hay una carpeta Contactos en la que se almacenan las fotografías que les puedas haber ido asignando a cada uno de ellos.

Todas las apps que utilizas en Android y cuándo

Todas Las Apps Que Abres En El Movil Y Cuando TODAS las apps que abres en el móvil y cuándo lo haces

A nivel personal, lo que más «miedo» me ha dado de todo lo que me he encontrado es una cronología completa de cada aplicación que abro en Android. Está en la copia de seguridad de Takeout, en la carpeta Mi actividad. En ella hay varias carpetas con información, y en la denominada Android hay un archivo HTML con todo lo que hago en el móvil.

De esta manera, Google sabe por ejemplo que el día 2 de abril a las 15:11 abrí Telegram, y que sólo 11 minutos antes había abierto Slack. También sabe las horas a la que he encendido el móvil, cuándo he estado mirando fotos de la galería, cuándo se realizan acciones de mantenimiento del dispositivo o cuándo instalo una aplicación.

Google registra cuándo y a qué hora utilizas cada app de tu móvil Android.

Sinceramente, he encontrado una explicación para la mayoría de los datos que almacena Google, ya que al final es una empresa que ofrece servicios online, y tiene que manejar los datos de todo lo que hacemos en ello. Pero es que no me cabe en la cabeza la razón por la que Google necesite saber todo lo que hago en todo momento con mi móvil.

Apps Con Acceso A Tus Datos Todas las apps que acceden a tus datos

Google también tiene un historial de aplicaciones con permiso de acceso a tu cuenta, al cual en este caso puedes acceder online sin tener que descargártelo. En él aparecen todas las apps a las que le has dado acceso a tus credenciales de Google, y te específica a qué tipo de datos accede cada una.

Esta lista sin embargo puede resultar bastante útil a la hora de cuidar un poco de tu privacidad, ya que te dice a qué tipo de datos tiene acceso cada una. Por ejemplo, Feedly sólo se lleva mi información básica de cuenta, mientras que he visto que algunos aparentemente inocentes juegos acceden a mi cuenta de Google Drive, de Google+ y Google Play.

Lo que haces en el resto de sus servicios

Datos De Todas Las Apps De Google Que Usas Y Las Que No Datos de todas las apps de Google que usas… y las que no

Como he comentado antes, Google es una empresa que vive de sus servicios online, por lo que es lógico que guarden copias de lo que hacemos en ellas. Por ejemplo, aunque no son servicios que utilice hay carpetas de Android Pay, G Suite Marketplace, Google My Business o las transacciones de Google Pay Send. También he podido ver fichas de los libros comprados en Google Play Libros, aunque no los libros en sí, así como de mis pistas de Google Play Música.

Y un ejemplo en que da igual el tiempo que lleves sin utilizar una aplicación me lo he encontrado al ver que Google conserva datos de un blog que tuve hace años en Blogger. Concretamente está la plantilla del blog, así como las imágenes que utilizaba de portada.

Posts De Google Plus Mis posts de Google+ siguen vivos :_D

Además, si utilizas o has utilizado Google+ alguna vez, Google mantiene una copia de todos y cada uno de los posts que has publicado. También conserva copias de las fotografías compartidas en la red social, e incluso archivos con los contactos de los diferentes círculos que tengas creados.

Cada post tiene un archivo html diferente, y cuando accedes a él también puedes ver los comentarios que te dejaron en su día tus contactos, así como los +1. Esto me ha generado una mezcla de nostalgia y miedo al ver cómo conserva todo lo escrito, y que en los archivos de cada post hay enlaces al os perfiles de cada uno de los usuarios que te dejaron comentarios.

Un perfil con todos tus intereses

Temas Que Me Gustan Segun Google Temas que me gustan… según Google

Y por último, Google también tiene un perfil con todos tus intereses. Este está orientado a los anuncios, por lo que es el que utiliza para mostrarte anuncios concretos que crea que pueden interesarte. Evidentemente, este perfil lo ha ido creando basándose en tus interacciones en la red, y en el tipo de contenido que sueles buscar online.

El perfil lo puedes ver AQUÍ. En mi caso he de decir que prácticamente acierta en los temas que me asigna, aunque también es verdad que son todos bastante genéricos. No tiene temas tan concretos ni tan minuciosos como los que me encontré al ver mi perfil de publicidad en Facebook, aunque también es verdad que el número de aciertos en los sugeridos es mayor.

Los Temas Que No Me Gustan Estan Mal Los temas que no me gustan están MAL

Además de los temas que me gustan, Google también tiene una lista con los que no. El único problema es que cataloga como que no me gustan muchos temas que sí lo hacen, o sea que algo tiene que está fallando. Supongo que esto se debe a algunos anuncios concretos que no me han gustado de temas que sí me interesan, que Google habrá pensado que al reportarlos como poco interesantes lo que no me gusta es su temática.