La nueva normalidad

Con la garantía de Perro Sanchez y el chepa comunista
Ahora que el grueso de la población española está en las primeras fase de la desescalada y que el resto avanza con emociones encontradas hacia el fin del encierro, resulta difícil ya pensar que este tiempo de confinamiento ha sido solo una pausa técnica y que, en cuanto podamos, siempre guardando la distancia social exigida, la vida volverá a ser igual que antes de la crisis provocada por la Covid-19.
Casi nadie cree que eso sea ya posible −o incluso, deseable− y muchas personas sienten que, de algún modo, esta crisis ya les ha cambiado. El confinamiento, con sus retos, sus ansiedades, sus pérdidas y sus duelos, nos ha brindado también la oportunidad inédita de bajar el ritmo, ha eliminado distracciones del mundo exterior y nos ha regalado un espacio que quizá antes no encontrábamos para…
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